domingo, 14 de abril de 2019

Fantasma, de Friedmann Friese



Hoy os vengo de hablar de Fantasma, un juego de Friedmann Friese (letritas más o menos), que llevaba tiempo llamándome desde las estanterías, pero que no me decidía a comprar porque tenía un planteamiento raruno. 

SPOILER: Me ha encantado

 


Fantasma comparte con otros dos juegos, Fortaleza y Fuga unas premisas básicas de juego llamadas "Fast Forward", que nos permiten ponernos a jugar nada más abrir la caja, aprendiendo las reglas sobre la marcha.

En este caso concreto, tenemos una baraja de 90 cartas, preordenadas, que no debemos barajar. 
Mira, como en los manga.
Que se coje al revés!
 La primera carta nos da las dos primeras reglas de juego:

1 -Se elige un jugador inicial y se juega en sentido horario

2- Cada turno debemos o bien robar una carta o jugar una carta de la mano, y no puedes pasar.

Y así empezamos a robar y jugar cartas. ¿Y cómo se gana? 

En algún momento robaremos una segunda carta de reglas que nos pedirá que paremos el juego y la leamos, allí se nos explicarán tres reglas más:

3- Hay un límite de mano de tres cartas. Si tienes 3 cartas estas obligado a jugar
4- Después de jugar debes decir en voz alta el valor total de las cartas de la mesa.
5- Si el valor es superior a 15, pierdes. Gana el jugador que tenga mayor valor de cartas en mano.

Después de esa ronda eliminaremos las cartas del jugador que ha perdido, barajaremos el resto y las pondremos encima del mazo, sin barajarlo. 


Las cartas narajas de la derecha son las reglas especiales que se irán revelando a medida que juguemos.     

¿Parece sencillo? Pues sí, lo es, pero la cuestión es que a medida que vayamos eliminando las cartas que ya hemos jugado, robaremos nuevas, y allí ya empezaremos a encontrar nuevas reglas que amplían las que conocemos, reglas especiales, cartas con efectos... Sin darnos cuenta, el juego irá ganando complejidad y variedad sin aumentar un ápice su dificultad, hasta que acabemos el mazo de 90 cartas y liberemos todas las reglas.

Llegado este punto, podemos seguir jugando con las reglas completas o reordenar el juego para enseñar a jugar a otras personas. La rejugabilidad es total y absoluta y os aseguro que es un juego divertidísimo y lleno de guiños a otros juegos. Mientras lo probábamos no podíamos evitar pensar en juegos como el UNO o Flux, pero la verdad es que es muy distinto a ambos. Del UNO tiene la rapidez y la diversión, y del otro el factor caos, que viene dado por las distintas habilidades de las cartas y los inesperados cambios de reglas.

Ha sido un descubrimiento muy grato, y os aseguro que el resto de juegos de la serie van a terminar cayendo porque nos hemos divertido muchísimo con él. Además, las partidas son muy rápidas y la tentación de ir encadenándolas muy difícil de resistir. 

El juego es de 2 a 5 jugadores y os aseguro que a 2 se puede jugar y disfrutar perfectamente, pero estoy seguro de que a mayor número de jugadores mayor caos y mayor diversión.

Juegazo!

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