Hoy os vengo
de hablar de Fantasma, un juego de Friedmann Friese (letritas más o menos), que
llevaba tiempo llamándome desde las estanterías, pero que no me decidía a
comprar porque tenía un planteamiento raruno.
SPOILER: Me
ha encantado
Fantasma
comparte con otros dos juegos, Fortaleza y Fuga unas premisas básicas de juego
llamadas "Fast Forward", que nos permiten ponernos a jugar nada más
abrir la caja, aprendiendo las reglas sobre la marcha.
En este caso
concreto, tenemos una baraja de 90 cartas, preordenadas, que no debemos
barajar.
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Mira, como en los manga. Que se coje al revés! |
1 -Se elige un jugador inicial y se juega en sentido horario
2- Cada
turno debemos o bien robar una carta o jugar una carta de la mano, y no puedes
pasar.
Y así
empezamos a robar y jugar cartas. ¿Y cómo se gana?
En algún momento robaremos
una segunda carta de reglas que nos pedirá que paremos el juego y la leamos,
allí se nos explicarán tres reglas más:
3- Hay un límite
de mano de tres cartas. Si tienes 3 cartas estas obligado a jugar
4- Después
de jugar debes decir en voz alta el valor total de las cartas de la mesa.
5- Si el
valor es superior a 15, pierdes. Gana el jugador que tenga mayor valor de
cartas en mano.
Después de
esa ronda eliminaremos las cartas del jugador que ha perdido, barajaremos el resto y las pondremos
encima del mazo, sin barajarlo.
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Las cartas narajas de la derecha son las reglas especiales que se irán revelando a medida que juguemos. |
¿Parece
sencillo? Pues sí, lo es, pero la cuestión es que a medida que vayamos
eliminando las cartas que ya hemos jugado, robaremos nuevas, y allí ya
empezaremos a encontrar nuevas reglas que amplían las que conocemos, reglas
especiales, cartas con efectos... Sin darnos cuenta, el juego irá ganando
complejidad y variedad sin aumentar un ápice su dificultad, hasta que acabemos
el mazo de 90 cartas y liberemos todas las reglas.
Llegado este
punto, podemos seguir jugando con las reglas completas o reordenar el juego
para enseñar a jugar a otras personas. La rejugabilidad es total y absoluta y
os aseguro que es un juego divertidísimo y lleno de guiños a otros juegos.
Mientras lo probábamos no podíamos evitar pensar en juegos como el UNO o Flux,
pero la verdad es que es muy distinto a ambos. Del UNO tiene la rapidez y la
diversión, y del otro el factor caos, que viene dado por las distintas
habilidades de las cartas y los inesperados cambios de reglas.
Ha sido un
descubrimiento muy grato, y os aseguro que el resto de juegos de la serie van a
terminar cayendo porque nos hemos divertido muchísimo con él. Además, las
partidas son muy rápidas y la tentación de ir encadenándolas muy difícil de
resistir.
El juego es de 2 a 5 jugadores y os aseguro que a 2 se puede jugar y disfrutar perfectamente, pero estoy seguro de que a mayor número de jugadores mayor caos y mayor diversión.
Juegazo!
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